El aloe es un excelente limpiador y antiséptico natural. Actúa como anestésico calmando todo tipo de dolores en especial los musculares y los de articulaciónes. Es fungicida, antiinflamatorio, antiprurítico y altamente nutritivo. Es capaz de dilatar los capilares sanguineos incrementando la circulación de la zona afectada. Se lo ha utilizado para problemas de piel pero también es beneficiosa para uso interno. Contiene vitamina A, B12 y C. Además de poseer numerosos aminoácidos y enzimas. Su gel es astringente, analgésico, anticoagulante y desinfectante. Actúa estimulando el crecimiento de las células y en la recuperación de las mucosas luego de una quimioterapia.
Si bien por lo dicho es alentador su uso, es conveniente hacerlo con prudencia ya que tomarlo con continuidad puede producir efectos adversos como anemia, colitis o diarrea. El consumo de la hoja completa solo se realizará en los casos de constipación, ya que uno de sus componentes llamado aloína, actúa a nivel intestinal.
Es recomendable cortar una hoja bien cerca al tallo y de las más cercanas a la tierra, de una planta que tenga por lo menos tres años. Luego quitarle la piel de uno de sus lados y extraer toda la pulpa, enjuagarla y consumirla en licuados o con jugos.
No debe ser consumida por mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por niños menores de los 6 años. Tampoco es aconcejable en el caso de diabetes, ya que puede aumentar la producción de insulina y la caída de la glucosa, debido a la presencia de cromo.
Es excelente para la cosmética, ayuda a desaparecer las bolsas de los párpados producida por la acumulación de líquidos, a disimular cicatríces y arrugas. Aplicándola en el cuero cabelludo, frotándolo a diario con aloe, aumenta el crecimientio del cabello.
El aloe vera es un magnífico recurso natural, al alcance de nuestras manos y en nuestro jardín. Con cautela podemos consumir una fuente de vida inagotable!
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